El fenómeno migratorio
Los migrantes tratados como extranjeros
 

Toma al niño y a su madre y huye a Egipto (Mt 2:13-15, 19-23)  Por Pbro. Gustavo Rodríguez, Centro de Comunicación Popular, Arquidiócesis de Puebla Artíclo tomado del Periódico Koinonia de la Arquidiócesis de Puebla Nacimos en un lugar, crecimos en otro y trabajamos más allá, vivimos por acá...

Si en Estados Unidos quiere una mujer embarazada una bendición como en su pueblo, no es atendida. Nace su hijo y a donde llevarlo a bautizar si no está registrada la familia en ninguna parroquia, porque nadie les ha dicho cómo se hacen esos trámites. Si viene a vacaciones a su pueblo, el párroco no los atiende porque tienen que hacer todo allá donde viven, del otro lado. Si quieres preparar a tus hijos para la primera comunión, tienen que ir al catecismo en inglés o buscar una rectoría que atiendan en español y son 2 años de preparación. Y no se te ocurra llegar un día o una hora que no se abre la oficina, porque nadie te va a orientar qué hacer y cuándo. Y si vas a pedir una ceremonia para dar gracias a Dios por los 3 años de tu niña, te recriminan que eso no sirve. Y si del sacramento de la Confirmación se trata eso se complica más, porque los chavos deben saber inglés.

Cuando intentas ser padrino en tu pueblo ya pasaron las pláticas y no hay alternativa para prepararte. Cuando la muerte acontece a un familiar en los Estados unidos, sólo tienes 3 horas hábiles para el funeral y te programan para el entierro sea 4 ó 10 días después. Pero si prefieres trasladar el cadáver de tu familiar al pueblo, para atinarle que te celebren la misa si no tienes hora exacta de que entreguen el cuerpo... Desde que nacen hasta que mueren los migrantes son extranjeros hasta en la misma Iglesia.

Es un gran desafío para la pastoral de familias de migrantes, que merecen respeto su cultura y sus expresiones de fe, de acuerdo a las diferentes realidades. Es la hora de los laicos cualificados que sean aceptados en estas tareas de acompañamiento en la evangelización. Recuerdo en Malacatepec, Ocoyucan, un migrante en Canadá aprovecha medio año en su pueblo para dar pláticas pre-sacramentales y el otro medio año en las horas libres de su trabajo colabora en la parroquia de Canadá como misionero entre los campesinos hispanos en lejanas tierras. O aquel párroco que en las vacaciones da pláticas presacramentales a los migrantes que regresan a su pueblo, con videos, mesas redondas y entrevistas con las parejas.

Hay mucho camino que recorrer y puentes que reconstruir ente las diferentes culturas y la vivencia de la fe.
 
 

sección creada 09/01/2005/22:24hrs actualizada 09/01/2005/22:39hrs