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De la Red...

El siguiente documento, fue tomado de
ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica.
A ARBIL y al autor todos los Derechos Reservados.
México Guerra Cristera.
Ponencia de Joaquín Gallegos en las Iª Jornadas Sobre Las Persecuciones Religiosas En El Mundo Contemporáneo.

Persecución religiosa por el Gobierno del presidente Plutarco Elías Calles contra la Iglesia Católica en México que desembocó en un enfrentamiento armado en los años 1926 - 1929.

Antecedentes

Después de la Revolución Mexicana iniciada en 1910 con el término de la dictadura de Porfirio Díaz y el triunfo de Venustiano Carranza. Se promulgó la Constitución de 1917 con contenido antirreligioso, leyes de represión elaboradas por el gobierno masónico de la época encabezado por Venustiano Carranza. Dicha Constitución proclama la separación Iglesia - Estado, haciéndola esclava de éste. Proclama por una lado la libertad de conciencia y por otro la limita. Todo de conformidad con los principios revolucionarios de la época.

Los artículos que lo enmarcan son:

· Artículo 3: Declara que la educación será laica y prohíbe que cualquier religión o ministro de culto imparta clases, ni dirija centros escolares.
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· Artículo 24: Habla de la libertad religiosa; pero prohíbe toda manifestación pública de Fe.
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· Artículo 27: Todas las propiedades de la Iglesia pasan a ser del Estado.
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· Artículo 130 No se le reconoce personalidad jurídica a la Iglesia.
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Este último artículo enmarca el sentido anticlerical de la Constitución, algunos de sus contenidos son el derecho del poder federal de intervenir en materias de culto religioso y de disciplina externa, de conformidad con las leyes.

Ninguna persona que no sea mexicana por nacimiento, podrá ejercer las funciones de ministro de ningún credo religioso. Imposibilita a los ministros del culto para votar como ciudadanos y para ser elegidos como funcionarios públicos. Los ministros de culto son incapaces de heredar de otros ministros de culto o de individuo particular. Determina el número de sacerdotes para cada Estado. Se prohíbe de igual manera a los ministros de cualquier culto el hacer crítica de las leyes o actos de las autoridades que gobierne.

En materia de sacramentos, por poner un ejemplo, la confesión auricular estaba prohibida y en caso de que se autorizara debía realizarse en presencia de un agente de la ley.

En un México de 16 millones de habitantes el 95% era católico, su constitución contenía incapacidades legales contra la Iglesia Católica. La táctica era manifiesta, esclavizar a la Iglesia Católica o acabar con ella. Dicha constitución se impuso por la élite gobernante, ya que no existió ratificación por parte del pueblo.

Lo único que no prohíbe es la libertad de creer.

Las protestas no se hicieron esperar sin respuesta alguna.

El 1 de Diciembre de 1920; llega al poder Álvaro Obregón. Comienza a evidenciarse muy sutilmente una persecución contra la Iglesia y sus fieles. Quizá no de manera manifiesta ya que se quería guardar una imagen de apertura en los nuevos gobiernos que se iban consolidando en México. Más que nada de cara a Estados Unidos.

El 8 de febrero de 1921: Estalla una bomba en la puerta del Palacio Arzobispal. El gobierno señala que es a consecuencia de la provocación que generó una carta pastoral emitida contra el Socialismo.

El 13 de Mayo de 1921 Ondean banderas rojas socialistas en la Catedral de Morelia. El 14 de noviembre de 1921: Explosión en la basílica de Guadalupe frente a los pies de la Imagen; quedó intacta y se descubre que el responsable fue un empleado de la Secretaría particular de la Presidencia. El Gobierno hizo correr el rumor que los culpables fueron católicos intentado provocar una agitación.

El 11 de febrero de 1923: Expulsión del Delegado Apostólico, Ernesto Filippi por participar en la bendición de la primera piedra del monumento a Cristo Rey en Guanajuato, que contó con una participación de 50 mil personas. Lo que sirvió de pretexto para "hacer valer la Constitución". En Octubre de 1924, tuvo lugar una Congreso Eucarístico Nacional lo que provoca sanción y varios participantes y el despido de empleados de gobierno que asistieron.

Plutarco Elias Calles

Con la llegada de Plutarco Elías Calles al poder en Noviembre de 1924, la persecución y ataque fue más evidente y directo. En febrero de 1925, y bajo el aval del gobierno se proclama la "Iglesia Católica Mexicana" la cual no tuvo repercusión alguna en la población. El 30 de octubre de 1926 en Tabasco se decreta que deben ser casados los sacerdotes del culto público para poder ejercer en el Estado.

La reacción fue inmediata entre los católicos mexicanos, asociaciones como la ACJM (Asociación Católica de la Juventud Mexicana), la "U" Unión Popular, Círculos de Oración y Estudio, La Cruzada Femenina de la Libertad, fundadas por el seglar Anacleto González Flores; junto con la CNCT Confederación Nacional Católica de Trabajadores, la Unión de Damas Católicas y la Unión Nacional de Padres de Familia crearon la LIGA NACIONAL DE LA DEFENSA DE LA LIBERTAD RELIGIOSA, la cual defendería los derechos de profesar, confesar y promover la Fe Católica y buscar la reforma de los artículos antirreligiosos de la Constitución de 1917.

Una entrevista a un obispo, en febrero de 1926, donde señalaba el rechazo a los artículos constitucionales fue el detonante para el cierre de conventos, seminarios, la expulsión sistemática de sacerdotes y religiosas extranjeros en todo el país.

El 25 de Julio se emite una Carta Pastoral, donde el episcopado mexicano pide la derogación de las leyes antirreligiosas, pero que si se necesitaba un arreglo temporal para después ser definitivo lo harían. Pedían reconocimiento moral del la Iglesia; libertad para enseñar religión; derecho de vivir y de actuar y otros.

En 31 de Julio de 1926 se promulga la "Ley Calles", consistente en unas reformas al Código Penal; la cual prohibía los actos de culto, suministro de sacramentos, catequesis, supresión de monasterios y conventos, suprime la libertad de prensa religiosa y la expropiación de los templos entre otros, las penas iban desde una multa, cárcel hasta un "castigo más grave" que era la muerte por fusilamiento.

Dicha Ley entra en vigor en Julio de 1926; ante tal situación el Episcopado ordena la suspensión del culto como parte de una resistencia pasiva, ya que el número de sacerdotes que les permitirían ejercer el ministerio "bajo autorización del Gobierno" fue dado de manera arbitraria y era ilógico en comparación con las necesidades de cada estado.

El Episcopado y los católicos habían hablado siempre de una campaña pacífica y legal para la reforma de las leyes antirreligiosas que un gobernante normal y sincero tenía que respetar conforma a los principios democráticos de la Constitución mexicana. Calles había dicho a los Prelados Mexicanos que el recurso que quedaba a los católicos eran las Cámaras. Así pues el memorial de los obispos mexicanos se dirigió a las Cámaras, pretendiendo con gran ponderación e irrebatibles razones la reforma de las leyes contrarias a la Iglesia; pero fue rechazado, porque los obispos mexicanos no eran ciudadanos ni tenían el derecho de petición.

El memorial de los ciudadanos católicos, escrupulosamente acreditados, fue abrumador por el número de firmas, pues sumaron casi dos millones. Nunca se habían reunido en México tantos testimonios, los cuales superaban con creces el número de votos con que los gobernantes solían ganar las elecciones para Presidente de la República. El Oficial Mayos de la Cámara de Diputados firmó acusando de recibo el voluminoso expediente, pero después dijo, al ser interpelado, que ese memorial no se había recibido. Igual suerte corrió el memorial de los profesionistas.

La Liga Nacional de la Defensa de la Libertad Religiosa organizó un boicot económico, el cual consistía en comprar sólo lo estrictamente necesario para que las arcas del gobierno lo resintieran, el cual no tuvo éxito.

En virtud de haber agotado cuanto medio pacífico se tenía, en Enero de 1927 empezó la toma de armas, inicialmente con guerrillas compuestas por campesinos que fue creciendo de manera desmesurada hasta consolidar un Ejército, al grito de "Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe" fueron conocidos con el nombre de Los Cristeros.

Los directores de la Liga mandaron preguntar al Comité Episcopal si era lícito la toma de armas en defensa de sus derechos, a lo que dijeron que en virtud de las circunstancias, SI lo era. El avance y éxito de los cristeros crecía minuto a minuto. En 1927 asume la jefatura de los cristeros el general Enrique Gorostieta. El combate es cruel. El general Joaquín Amaro introduce la guerra total en Los Altos. Se extiende el conflicto por ocho estados y cobra 70 mil víctimas.

Gracias a la devoción del pueblo mexicano y su testimonio de firmeza frente a las leyes señaladas, el Papa Pío XI en la encíclica Quas Primas del 11 de diciembre de 1925, declara de manera universal la Festividad de Cristo Rey. México fue la primera nación en consagrarse como vasallo de Cristo Rey y el primer monumento fue construido en 1920. Pío XI; envía una carta "Iniquis afflictisque" el 18 de noviembre de 1926, haciendo ver la rezón por la cual se rechazan dichos preceptos constitucionales y alienta en la prudencia y en la oración a los fieles católicos mexicanos.

Ejemplos de mártires y situaciones que vivía la sociedad. Miguel Agustín Pro, Salvador Lara y Anacleto González Flores.

Los arreglos, la creación de un "modus vivendi"

En plena campaña presidencial, en 1928 es asesinado Álvaro Obregón como candidato presidencial. es nombrado presidente interino Emilio Portes Gil.

El embajador estadounidense Morrow sirvió como intercesor entre el Gobierno mexicano y la Iglesia para terminar el conflicto. Tuvo una entrevista con los prelados Monseñor Ruiz Flores y Monseñor Pascual Díaz; donde exponía nuevamente la petición de la iglesia frente a la Constitución. La respuesta de Portes Gil fue solamente que concedía la libertad de reanudar los cultos públicos de acuerdo con las leyes. Se sabía que no había otra opción; siendo aceptado el convenio llamado "modus vivendi"; aunque el Papa hizo hincapié en 3 puntos: 1º Que los templos, edificios de la Iglesia, curatos, residencias episcopales y seminarios fuesen devueltos; 2º que la posesión de bienes de la iglesia fuese respetada; 3º que se concediese amnistía a los cristeros, al deponer las armas. Se llegó a un acuerdo y el 30 de Junio de 1929 se abrieron nuevamente los templos. El ejército cristero a pesar de ver próxima la victoria, deponen las armas por obediencia.

A los ojos de la sociedad, la victoria es del gobierno. Pero existen enfrentamientos internos. Portes Gil se amedentró frente a la masonería.

Los ataques de la Iglesia fueron permanentes, ya no por medios violentos como el saqueo de bienes o cierre de propiedades; pero si con la limitación de un número determinado de sacerdotes y templos. En Veracruz, 1 sacerdote por 100,000 personas; en Chiapas 1 por 60,000; en Chihuahua 1 por 45,000. En el Distrito Federal se autorizaron 25 templos y 25 sacerdotes para más de 1,000,000 de católicos.

Pío XI, envía una nueva carta "Acerba Animi" el 29 de septiembre de 1932; donde expresaba el malestar por las promesas incumplidas por parte del gobierno y la necesidad de una mayor vida de fe, de oración y de actuación por parte de los seglares. Esto provocó la expulsión del delegado apostólico.

Aún así, Pío XI envió un tercer documento "Firmissimam Constantiam, el 28 de Marzo de 1937. Sobre el mismo tema.

La actitud del gobierno se fue suavizando hasta 1938 aproximadamente. Cambiaron los ideales revolucionarios por los comunistas y ateos.

Actualidad

En 1990, Adolfo Suárez Rivera, arzobispo de Monterrey, y entonces presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), sintetizó lo que hasta entonces eran la relaciones Iglesia-Estado: "Existen rencores históricos que se han convertido con el tiempo en prejuicios insalvables, intereses políticos de grupos beneficiados por la situación actual y formulaciones legales incompatibles con los derechos humanos universalmente reconocidos y que, por lo mismo, resultan inaplicables, generando una subcultura de incongruencia sociopolítica institucionalizada", afirma Manuel Olimón Nolasco, autor de Tensiones y acercamientos. La Iglesia y el Estado en la historia del pueblo mexicano.

Para analistas, como Roderic Ai Camp la reconciliación definitiva entre la Iglesia católica y el Estado tiene su principal momento en la visita del papa Juan Pablo II a México, en enero-febrero de 1979, con José López Portillo como presidente.

A este hecho le precedió un encuentro llamativo: la visita de Luis Echeverría Álvarez, entonces presidente de México, al papa Pablo VI en la Santa Sede (9 de febrero de 1974), para solicitar apoyos a la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Pueblos.

Con Miguel de la Madrid, las relaciones Iglesia-Estado no sólo se "enfriaron", sino que entraron en crisis. En Guadalajara, a principios de 1985, los obispos comenzaron a plantear la necesidad de revisar la situación de las relaciones Iglesia - Estado. A partir de entonces, se sucedieron seminarios, encuentros, debates. Sin embargo, el asunto no pasó de ahí. En 1988 con la presidencia de Carlos Salinas, el tema resurgió. En su toma de posesión, tres obispos, entre ellos el nuncio Jerónimo Prigione, fueron "invitados especiales" a la ceremonia donde el Ejecutivo planteó "modernizar" las relaciones.

Con la intención de "aprovechar el extraordinario e intangible poder de la Iglesia, para atemperar la inconformidad", "proveer la utilización inteligente de la potencialidad que se deriva de esa formidable y milenaria institución", pues se ha "reducido el margen de maniobra política del partido en el poder y del propio gobierno", la Administración de Carlos Salinas de Gortari promovió y logró el reconocimiento jurídico de las iglesias en México y restableció las relaciones de los estados Vaticano y mexicano.

En el estudio de 80 cuartillas, Reanudación de las relaciones Iglesia-Estado, elaborado en 1989 por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), bajo el mando entonces de Jorge Carrillo Olea, se plantea la estrategia para reformar el artículo 130 de la Constitución.

El texto puntualiza que ahí "se condensa uno de los temas de mayor trascendencia y significación para el Estado mexicano: el de sus relaciones con la Iglesia y su eventual reacomodo". Las negociaciones para iniciar los cambios en materia constitucional que implicarían una modificación a la herencia juarista, se realizaron en pequeños grupos. Por parte del gobierno, destacó el jefe de asesores de Carlos Salinas, el franco-mexicano José María Córdoba Montoya, Arturo Núñez, Fernando Ortiz Arana y Mariano Palacios Alcocer. Gobernación, entonces encabezada por Fernando Gutiérrez Barrios fue relegada, aunque también aportó elementos y estrategias para la operación. Por la Iglesia católica, Jerónimo Prigione condujo a los obispos Juan Jesús Posadas Ocampo, Luis Reynoso Cervantes y Adolfo Suárez. También participaron sacerdotes como Antonio Roqueñí. El 18 de diciembre de 1992, luego de 25 horas de debate, se modificaron los artículos 3, 4, 24, 27 y 130 de la Constitución. Más de cien años de desconocimiento jurídico se suprimieron en un día.

El caso más conflictivo de los últimos años ha sido el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en el que la Iglesia católica ha cuestionado severamente la versión oficial de los hechos.

En contraparte, la visita del Papa en enero de 1999; la recepción que le brindaron las autoridades mexicana, fue calificado por los analistas como uno de los mejores momentos que ha vivido la relación.

Y aunque el "¡Viva Cristo Rey!" ahora se escucha sólo en las ceremonias religiosas, los recuerdos que evoca en ambas partes permanecen vivos.

Beatificación y canonización de mártires de la guerra cristera

Emblemática es el contenido de la homilía de Juan Pablo II en la ceremonia de beatificación de algunos mártires, el día de Cristo Rey, en noviembre de 1992.

"Mediante la sangre de su cruz", también ellos dieron testimonio de que Cristo es rey y proclamaron su reino en toda su patria, que en ese tiempo se hallaba sometida a prueba por una persecución sangrienta.

Durante las duras pruebas que Dios permitió que experimentara su Iglesia en México, hace ya algunas décadas, éstos mártires supieron permanecer fieles al Señor, a sus comunidades eclesiales y a la larga tradición católica del pueblo mexicano. Con fe inquebrantable reconocieron como único soberano a Jesucristo, porque con viva esperanza aguardaban un tiempo en el que volviera a la nación mexicana la unidad de sus hijos y de sus familias. Características de los beatificados: Antes de la persecución una expresión de ejemplar vida sacerdotal y eclesial; amor a la Eucaristía; y devoción a la Virgen de Guadalupe.

El pasado 21 de Mayo de 2000, fueron canonizados estos mártires. El grito de ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe! Sigue haciendo eco en el siglo XXI.
 

Lic. Joaquín Gallegos Tejeda.

Te recordamos que si tienes más datos puedes escribirnos y contactarnos vía email : jcomnetw@hotmail.com .! Gracias !



 
 



 

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